Esta pintura se llama The absinthe drinker (El bebedor de ajenjo). El autor es Pablo Picasso, presentado en 1903.
Todas las líneas están en movimiento, los pabellones de las orejas, las pupilas, la nariz. Impresiona que es inminente una transformación. Detrás del personaje el fondo es pétreo, inamovible, contrasta con el vértigo de su mirada. Está muy bien vestido aunque el traje que lleva ensancha su perfil. Inspira, en todos los tiempos, respeto al tomar una cerveza o una copa de vino. «Debo estar bien vestido para tal ocasión» – me he dicho muchas veces. Alzar una copa, marca una historia.
27 de abril de 2018


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